lunes, 29 de agosto de 2016

Autorrealización personal para el éxito empresarial



Por: Eric Alejandro Catzin López


El presente ensayo abordará el tema de la autorrealización desde la perspectiva de la satisfacción de las necesidades, y sus repercusiones en la empresa; esta idea surge a raíz de varias preguntas, como ¿es posible aplicar la teoría de las necesidades básicas de Maslow al contexto organizaciones?, si la respuesta resulta afirmativa, ¿Cómo es aplicable esta? Y, ¿qué repercusiones tendrá en una organización? Mismas que intentaré darle respuesta a lo largo de este texto, siendo esto el objetivo de este escrito.

Antes de empezar el análisis de cada cuestionamiento mencionado anteriormente, es necesario dejar de manifiesto que la teoría de Abraham Maslow es, esencialmente, una teoría de la motivación humana, la cual postula que el Hombre se encuentra constantemente motivado por ciertas necesidades, la satisfacción de estas necesidades resulta fundamental en la vida de cualquier ser humano, así lo puso de manifiesto Maslow al formular su teoría, en la que, a grandes rasgos, afirma que hombres y mujeres deben ir escalando en una pirámide de necesidades, pirámide en la que es necesario satisfacer las necesidades más elementales (las cuales se encuentran en la base de esta) antes de poder pasar al escalón siguiente; todo esto con la finalidad de llegar a la cúspide que representa la autorrealización.

En 1950, Maslow define a la autorrealización como “el impulso por convertirse en lo que uno es capaz de ser”, es decir, desarrollar y aprovechar el potencial que cada ser humano posee. Al hacer una revisión de las características de una persona autorrealizada nos encontramos con que son personas que se aceptan a sí mismos tal y como son, conocen sus limitaciones y trabajan en ellas, son capaces de, ante una problemática, centrarse en esta dejando a un lado su visión y opinión personal, son creativos, y mantienen relaciones personales sólidas.
De igual manera, las personas autorrealizadas poseen ciertos valores como bondad, unidad, plenitud, justicia y orden, sencillez y autonomía ( (Fiest, Fiest, & Roberts, 2014).

En síntesis, una persona autorrealizada es una persona productiva y, dado que la productividad es una cualidad muy valorada en una empresa, podemos decir que una persona autorrealizada es útil en una organización. La premisa anterior nos permite responder al primer cuestionamiento planteado (y quizá el más sencillo de contestar, puesto que incluso, desde hace un tiempo, ya existen personas que aplican la teoría de Maslow en las organizaciones) la cual pregunta si es posible aplicar la teoría de la motivación de Maslow a las organizaciones; la respuesta es que sí, es posible. Para dar respuesta a las otras dos cuestiones, repasaré, de manera breve, temas relacionados con el cambio, salarios, sindicatos, entre otros.

En una lectura reciente me encontré con una frase que llamó mi atención “La empresa es para el hombre y no el hombre para la empresa” versaba dicha frase, tras hacer un análisis, me di cuenta de la profundidad de mencionada oración, y es que parece aterrizar una idea que probablemente ha sido olvidada por muchos empleados y empresarios: una empresa surge con la finalidad de tener un impacto social, surge para generar un bien a el o los empresarios que la fundan así como a los empleados que sean contratados a lo largo de la historia de la organización, es decir, una empresa nace para crear un beneficio para todos aquellos hombres y mujeres que están inmersos en ella. La empresa debe hacer crecer al hombre, si esto se cumple, el crecimiento de la empresa como organización vendrá por añadidura. El lector podría preguntarse: sí, pero ¿esto qué tiene que ver con la teoría de Maslow que se menciona al inicio del texto? La respuesta es sencilla, la empresa beneficia al hombre al cubrir y satisfacer una necesidad, esto es precisamente lo que subyace la motivación de un empresario al crear una empresa y la motivación de un empleado al integrarse a una organización; una empresa viene a ser un medio en el proceso piramidal de satisfacción de necesidades para que una persona alcance la autorrealización.

La relación costo-beneficio de estar en una empresa o institución se puede resumir con una sencilla (aunque un tanto simplista, pero útil para los fines de este ensayo) ecuación: tiempo + trabajo = salario; el resultante, es decir, el salario, es más sencillo de relacionar con la teoría de la motivación de Maslow ya que el recurso económico obtenido por el trabajo es una moneda de cambio (literal) para satisfacer principalmente necesidades fisiológicas y de seguridad, como alimento, agua, hogar, atención médica, vestimenta, etc. Pero no solo el salario cubre y ayuda a satisfacer estas necesidades, las prestaciones es otro punto importante, quizá el más importante para la satisfacción de las necesidades ya mencionadas (y en especial las de seguridad) sea la seguridad médica. Es por lo anterior que el salario y prestaciones deben ser justos y adecuados al trabajo que realice una persona puesto que estos serán fundamentales para la satisfacción de sus necesidades más elementales, en este punto es importante que el lector recuerde que para alcanzar la autorrealización (lo que equivale a ser productivo) es necesario satisfacer las necesidades más básicas para ir subiendo en la pirámide de necesidades, en este punto radica la importancia de un salario y prestaciones justas, puesto que, si estos no lo son, la satisfacción de las necesidades fisiológicas y de seguridad no será posible, truncando así el camino a la autorrealización. Por otra parte, precisamente para velar que los derechos de los trabajadores de una organización sean respetados surgen los sindicatos, la función de estos es muy importante dado que, en teoría, suponen un respaldo al trabajador.

Tras cubrir las necesidades fisiológicas y de seguridad por medio del salario y las prestaciones, el trabajador se verá motivado por las necesidades de afiliación (también conocidas como necesidades de amor y pertenencia) las cuales radican en la necesidad de pertenecer a un grupo, tener una pareja, hijos, etc. Esto es posible lograrlo, a través de la empresa (y en la medida de lo posible), propiciando un ambiente de trabajo agradable, una buena relación entre compañeros, empleados y superiores, así como difundiendo una filosofía en la que se le haga saber a cada trabajador, sin importar su puesto en la organización, que es importante para el funcionamiento de esta, así es más fácil que la persona se sienta perteneciente a la empresa; también, y  en relación al primer punto tratado con la frase “La empresa es para el hombre…” es necesario visionar la vida personal de cada trabajador como importante, a la par (o quizá por encima) de su vida laboral en la institución, tomando siempre en cuenta que, para tener trabajadores más productivos, es importante respetar horarios de trabajo, así como ser paciente y justo con permisos, etc. Para así contribuir al cubrimiento de sus necesidades, en este caso de afiliación.

A lo largo de este texto, se han mencionado algunas opciones para contribuir, desde la organización, a la satisfacción de las necesidades de las personas pertenecientes a ella, sin embargo, también es conveniente tener en cuenta el factor del cambio, siempre es importante cambiar. Desde un punto de vista personal, opino que los cambios que parecen “pequeños” resultan ser más eficaces que los grandes cambios, así, estrategias como la constante capacitación, el planteamiento de nuevos objetivos tanto a nivel de cada trabajador como de la empresa en general contribuyen a la satisfacción de las necesidades de estima, ultimas necesidades antes de llegar a la autorrealización. Al estar constantemente capacitados, los empleados se sentirán capaces de cumplir con objetivos cada vez más complejos, esto debe ser motivado con reconocimientos al trabajo del personal, lo que aumentará la autoestima de los trabajadores. Esto puede llevar a una filosofía de calidad total, entendiendo esta en términos de “cero errores”, pues cada trabajador se sentirá capaz de lograr esto, sin embargo, en fundamental considerar que para que los empleados puedan no cometer errores, los objetivos deben ser planteados claramente por las personas que están al mando de la organización.


Con todo lo expuesto anteriormente, espero que el lector tenga una idea de cómo es aplicable la teoría de Abraham Maslow a las empresas y sus repercusiones en esta, con lo que se daría respuesta a las últimas dos cuestiones iniciales, aclarando, que el objetivo de este ensayo no es brindar una guía que garantice la autorrealización y productividad de los individuos en una organización, si no brindar una propuesta e invitar a otras personas a investigar y escribir al respecto. 



Obras consultadas:

Zepeda, F. (1999). Psicología Organizacional. México: Pearson-Hall

Fiest, J., Fiest, G., & Roberts, T.-A. (2014). Teorías de la personalidad. México: McGraw-Hill.

miércoles, 24 de agosto de 2016

Mi empresa favorita: Las Puertas







“Lo único que permanece es el cambio” dice un dicho popular que tiene su fundamento en el año 550 a. C. aproximadamente, con el pensamiento filosófico de Heráclito quien menciona que “todo fluye, nada permanece”. A pesar de que este pensamiento tuvo varias críticas – principalmente de Parménides – su esencia ha perdurado aún después de más de 2016 años; tanto así que, en la actualidad, la filosofía del cambio es una de las principales características de las empresas modernas y exitosas.

Es la adopción de esta filosofía lo que me hizo elegir a Las Puertas como una de mis empresas favoritas, y es que el cambio es una característica fundamental de su modus operandi.

Es creído comúnmente que para que una empresa realice cambios es necesario realizarlos radicalmente. Esto, desde mi punto de vista, es incorrecto puesto que una empresa puede mejorar realizando cambios que pueden considerarse “pequeños”. Ejemplo de esto es la empresa que mencioné, Las Puertas, pues es un establecimiento que ofrece alimentos de tipo casero con una esencia exquisita, en un establecimiento que comúnmente es visitado por bandas locales, de diferentes géneros musicales para hacer más amena la estancia de sus clientes, así como área de lectura con gran variedad de títulos para todos los gustos. Todo esto sin mencionar la cálida atención por parte de los empleados e incluso de los dueños, quienes te reciben con un agradable “Buenas noches, mi hijito, ¿quieres un vaso de agua?” (agua que, por cierto, no tiene costo), frase que te hace sentir como en casa.


Esto aunado a una constante preparación, actualización y dedicación por parte de sus dueños y empleados, hace de esta organización una empresa única que – haciendo una síntesis de los pensamientos de Heráclito y Parménides – siempre está en constante cambio y, sin embargo, permanece en esencia.